sábado, 30 de junio de 2007

IX

Solo...
es como vivir en el cielo
y que dios haya tomado vacaciones.
Sus ángeles, sin jefe, a la vez se fuesen a la playa,
y aquí yo, solo.

Solo...
como en el infierno sin fuego
en los periodos de invierno,
cuando el señor junto a su bosca pasa las noches cálidas,
y aquí yo, solo.

Solo...
como al nacer en un basurero.
El camión retira a vuestra madre
y tu, entre sangre, te confunden con la niebla matutina,
y aquí yo, solo.

Pero tan solo me da tiempo de buscar
que mi soledad es compartida por la nada,
y que ella, como todos los días,
soporta la soledad como cualquier cosa,
como cualquier manía.

Solo...
tan solo como la nada,
pero a la vez, acompañado,
tan acompañado como si me faltase nada.
Y nada está aquí.

sábado, 23 de junio de 2007

VIII

Y caminaba por los pasillos, pensando. Era tanto el tiempo que había pasado, que había dejado de calcular mis pasos: hoy seguía el camino más inconcluso de mi vida.

Luego de que el cielo amaneciese y el sol a mi lado tomase desayuno, tomé mis cosas y partí a jugar con el viento. No era como ayer, al parecer lo habían castigado. Era mucho lo que habiamos disfrutado el otro día, que quizás por el tiempo sus padres lo habían culpado del cambio climático en Asia. Fui a pedirles disculpas, pero me cerraron la puerta en mis narices. No quise volver a intentar.

Me senté, en la banca de la plaza, a leer el libro que me había prestado esa tarde: "2 libras de amor, un camino a la felicidad". Un bonito título para una novela de terror, pero que al final siempre terminaba con esas tontas moralejas que los grandes hacen suyas como filosofías de vida. Estaba hojeándolo, cuando la luna se sentó a mi lado, y me pidió que la dejase leer también. No soy quien para negarle algo a alguien, pero mi humildad cobra. Perdí el libro al cambiarlo por un sueño...uno cortito, pero suficiente para viajar a plutón, y quedarme un ratito allá.

Al volver a tierra, la lluvia me comenzaba a corretear de la plaza. De mala manera, las alfombras verdes me picaban la espalda, y me ponian caras feas para causarme miedo. Me levanté, y me retiré, con un fuerte dolor en los ojos. A las pocas horas, me acordé de lo del libro. No atiné a más que llorar.

En mi casa me esperaba ella. Estaba sola, en la oscura habitación de mi alma. Lloraba junto a mí, pero no estaba ahí. Era extraño, era mi realidad. No se ni su nombre, no se ni su dirección. Solo se que es hermosa, solo se que es verdad. Más que querer saber cosas, quiero sentirlas. Me acerqué a su lado, y me bofeteó, pero después de un rato me abrazó, y terminamos tomando once junto al hielo. Este se apagó justo cuando nuestros ojos se encontraron en la mar.

viernes, 15 de junio de 2007

VII

Hoy me sentaré a escribir
quizás lo mismo de ayer,
quizás lo mismo que soñé.
O tal vez no escriba palabras,
si no que mi emoción:
hoy te quiero, pero no estás,
hoy te necesito, pero te vas...
desearía poder escribirte.

De a poco tomo las palabras,
las ordeno por belleza,
las tomó con amor.
Es por tí que me inspiro,
es por tí que mi amor no es dos.
Solo tú has sido mi esperanza,
mi cielo, ¡Oh alabado Dios!
que me he cortado con tu voz.

Y el fuego de a poco consume las pocas líneas
y con agua apago mi encendida luz, por hoy.

Me retiro a pensar en tí, hermosa y perfecta flor,
que jardines hay pocos para descansar y morir en vos.

sábado, 9 de junio de 2007

VI

Y pude entrar, al fin.
Me sentí extraño, debido a la poca luz que podía reflejar mi valentía. Pero era yo, estaba ya inserto en este mundo nuevo, y no quería dar un paso atrás.

- No miraré, no daré ese paso atrás que me estás pidiendo. Lo siento. ¿Me trajiste a esta zona, y ahora me pides regresar? No te reconozco, realmente me sorprende tu poca consistencia.

¿Poca consistencia? Yo soy el vivo aquí!

- No lo parece pues, buen hombre

En ese momento, el silencio se tornó azul, y la vida comenzó a girar en torno mío. Era como si estuviese en una pieza, y esta a la vez fuese arrojada al abizmo...el más profundo existente en el cielo, y que no hubiese tope para poder sentarme y tomar un respiro.

- No te aferres de nada. Todo es vulnerable a la hora del peligro. Solo confía en tí, piensa que podrás salvarte.

En ese momento, recordé a mi hija. La esencia de lo que pide la vida, en una sola persona. No quise llorar, pero admito que el frío me hizo sentir una lágrima en mis pies.

- Ella sabe que estás en todo momento a su lado.

Pero, no es lo mismo. Desearía ser parte de su historia ahora.

- Solo confía en ti mismo, ¿Cuántas veces quieres que te lo repita?

¡Pero, tengo miedo! No puedo estar tranquilo.

- Mira. Hasta yo sufro por tí. Somo uno, no lo olvides. Solo hazme sentir de que estamos a salvo, hazme sentir de que tus pasos son firmes, y así podremos cruzar este túnel. Si tú confias en ti mismo, yo podré realizarme, y podremos ayudarnos mutuamente. No te dejes caer, que en tus hombros tienes muchas cosas, y todas esas cosas dependen de tí. Tú eres el medio por el cual la vida gira, tú eres el sol al cual le debemos luz y calor. Haz de tu camino lo más seguro, aunque el fuego queme tu calzado. ¡Es ahora o nunca cuando debes saltar!

Y salté. Caí mal, pero el mundo se dejó de mover. Estoy vivo, pero sangrando.




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Observación:
Mis palabras son la historia de mi vida.
Una rima, una leve poesía,
un cuento extraño, pero simple.

Es la dedicación de mis palabras, a mis actos,
actos que no son de imitar, ni despreciar.

lunes, 4 de junio de 2007

V

Solo.
Me siento solo hoy.
Y no es por desmerecerlos a ustedes,
si no que por desmerecerme a mí, ante ustedes.

Una falta en mi alma es lo que me acongoja, un vacío concreto es lo que pesa en mi cuerpo y no me deja caminar. Es como cuando el sol calienta, pero las nubes aún decoran el cielo raso y no pretenden despejar. Sensación de olvido, sensación de miedo...realmente, me siento solo.

Amo mio, usted que lo sabe todo, ¿por qué he de estar así?

- Tú más que nadie lo sabes, pues buen hombre. No me cuestiones por las puras.

!Pero si yo no logro comprenderme aún a mí!, es una simple ayuda la que te pido para que yo pueda entender...

- Si te ayudase, no solucionaría nada. Eres tú la solución, tú debes encontrar la manera de entrar como puñal en tu problema, y sanar las heridas mutiladas, tejiendo nuevos caminos de hilo fino para no tropezar.

No me hable así, maestro, es usted quien más me confunde en estas situaciones.

- Entonces, ¿para qué me buscas?

Ni eso lo se. Acabo de verme en la necesidad de comprenderme, pero me encuentro en la necesidad de desentenderme de lo que hago...estoy confundido.

- Relájate, pequeño ovillo de lana. Tú eres el gran telar de la vida, la manta que cubrirá la guerra y calentará la paz por los inviernos. Eres tú la frazada que arropa tus miedos por las noches para que no se sientan ajenos e invadan tu aposento, para ellos sentirse bien, cediendote a tí al abizmo. Ten cuidado si, mucho cuidado, puesto que sabes que el tejido es fácil de corroer, y como tal, estas expuesto a ser cambiado, u olvidado. Tienes que permanecer constante, tienes que ser tú el único abrigo posible, tú eres la única solución. Si piensas que otro calienta más, cedes tu vida...cedes tu espacio y función. No dejes que otros sean lo que tú eres. Tú lucha porque tú eres, y no porque estás para competir. Compiten los tontos que quieren morir...tú quieres vivir. Convive, pero tú, por tu cuenta. No dejes que el vacío en tí se profundize, no dejes que la vida se te escape de tus puntas, o puntos.

Señor, Usted tan extraño y exacto en sus conclusiones.